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jueves, 3 de mayo de 2007

Hikikomori, causas del aislamiento.

Los adolescentes y adultos jóvenes en Japón sufren mucha presión por parte de la sociedad japonesa para que triunfen. La presión proviene de diferentes medios.
Una de las mayores preocupaciones de los adolescentes japoneses es su rendimiento académico, donde a menudo se enfrentan a una presión considerable por parte de los padres y la sociedad en general. En casos extremos la presión comienza desde antes de la guardería, donde tienen que aprobar un examen de ingreso para entrar en la mejor guardería, la cual prepara a los niños para el examen de ingreso del mejor parvulario, el cual a su vez prepara al niño para el examen de ingreso de la mejor escuela primaria, escuela secundaria y el equivalente a nuestro bachillerato, para finalmente preparar para el examen de ingreso de la universidad. Muchos adolescentes dedican un año, después del instituto, a preparar exclusivamente el examen infernal de acceso a la universidad. Cuanto más prestigio tenga la universidad, más difícil será el examen. La universidad más prestigiosa, con el examen de ingreso más difícil, es la Universidad de Tokio.
Después de graduarse del instituto o la universidad, además tienen que afrontar un mercado de trabajo muy difícil. A menudo sólo encuentran trabajo a media jornada y acaban como freeters (personas que no consiguen trabajo fijo o a jornada completa), con muy pocos ingresos e incapaces de formar una familia.
Otro foco de presión lo forman sus compañeros de clase, los cuales pueden abusar y burlarse de otros estudiantes por varias razones, como por ejemplo su aspecto físico (especialmente si son obesos), rendimiento académico o deportivo, su poder adquisitivo, orientación sexual, etnia, etc.
Síntomas del aislamiento:
Mientras que algunas personas sienten presión por parte del mundo exterior, y padecen agorafobia, un hikikomori reacciona con un completo aislamiento social para evitar toda la presión exterior. Puede que ellos, normalmente varones, se encierren en sus dormitorios o alguna otra habitación de la casa de sus padres durante periodos de tiempo prolongados, a menudo años. Normalmente no tienen ningún amigo, y en su mayoría duermen a lo largo del día, y ven la televisión o juegan al ordenador durante la noche. Todo esto hace de ellos un caso extremo de solteros parásitos (expresión japonesa para nombrar a aquellos que viven de la sopa boba, viviendo en casa de sus padres para disfrutar de mayor comodidad).
El aislamiento de la sociedad normalmente comienza de forma gradual, antes de que el hikikomori cierre con llave la puerta de su habitación. A menudo se encuentran tristes, pierden sus amigos, se vuelven inseguros, tímidos y hablan menos. Frecuentemente son objeto de burla en el colegio, lo cual puede ser el detonante para su aislamiento.
Reacción de los padres:
El tener un hikikomori en la familia normalmente es considerado un problema interno de esta, y muchos padres esperan mucho tiempo antes de buscar una terapia psicológica. Además, en Japón la educación del niño corre a cargo de la madre, por tradición, y puede que el padre deje todo el problema del hikikomori a la madre, la cual se siente sobreprotectora con su hijo. En un principio, la mayoría de los padres se limitan a esperar que el niño supere sus problemas y regrese a la sociedad por su propia voluntad. Lo ven como una fase que el niño ha de superar. Además, muchos padres no saben qué hacer con un hikikomori, y simplemente esperan debido a la falta de otras opciones. Normalmente no se fuerza (o se tarda mucho en hacerlo) de forma radical al niño para que vuelva a integrarse a la sociedad.
Tener un hikikomori en la familia es a menudo vergonzoso, y es considerado en Japón un problema interno de la familia. Los colegios y asistentes sociales pueden hacer preguntas, pero normalmente no se involucran en la situación.
Efectos en el hikikomori:
La falta de contacto social de estas personas y el aislamiento prolongado tienen un gran efecto en la mentalidad de los hikikomori, y pierden sus habilidades sociales y los referentes sociales y morales necesarios. A menudo, tienen dificultad para distinguir el bien del mal, y el mundo de la televisión o los videojuegos se convierten en su marco de referencia.
Si el hikikomori finalmente (a menudo después de unos cuantos años) regresa a la sociedad por su propia voluntad, tiene que afrontar el problema de haber perdido muchas de sus habilidades sociales, así como años de estudio. Esto hace la reentrada en la sociedad más difícil. Temen que los demás descubran su pasado como hikikomori, y se muestran vacilantes con la gente, especialmente si son desconocidos.
Su miedo a la presión social puede convertirse en ira, y la pérdida del marco de referencia social puede conducir también a un comportamiento violento o delictivo. Algunos hikikomori atacan a sus padres. Algunos crímenes han sido cometidos por ellos. En el año 2000, un hikikomori de 17 años secuestró un autobús y mató a un pasajero. Otro caso extremo fue el de un hikikomori que secuestró a una chica joven y la tuvo en cautiverio durante nueve años. Otro mató a cuatro chicas para recrear escenas de un manga hentai (cómic pornográfico). Es difícil conseguir cifras exactas, ya que muchas familias no hablan de estos problemas.
Tratamiento:
Hay diferentes opiniones sobre el tratamiento que debe seguir un hikikomori, y las opiniones a menudo se dividen en un punto de vista japonés y otro occidental. Los expertos japoneses normalmente sugieren esperar hasta que el hikikomori se reincorpore a la sociedad por su propia voluntad, mientras que los médicos occidentales piensan que hay que forzarlo si es necesario. En cualquier caso es necesaria una ayuda psicológica, ya que muchos padres se ven abrumados por los problemas de un hikikomori. Aunque hay algunos médicos y clínicas especializados en ayudar a jóvenes hikikomori, muchos de ellos y sus padres aún sienten falta de apoyo a sus problemas.
El resto del mundo:
El aislamiento social completo parece que es principalmente un fenómeno japonés, pero jóvenes en todo el mundo sufren presión social y pueden ser objeto de burla, por lo que a menudo se crea un comportamiento parecido de odio y agresión, como por ejemplo las masacres de Columbine, la de Erfurt o el multihomicidio de Diego Santoy Riveroll en Monterrey, México, la masacre de la Politécnica de Virginia donde Chu Seung-Hui mató a 32 personas.
Aporte realizado por Cynthia Valenzuela, estudiante de Psicología (UAHC).
Gracias Gigi.